reencuentros con el futuro pasado.
sabes que va a seguir siendo de noche por mucho q intentes borrar el color negro con esa goma desgastada q algún día tuvo forma de corazón. ¿te acuerdas de áquel green abandonado en el club de golf? arrancamos una a una todas las margaritas, las guardamos en una cesta de mimbre y las subimos a la casa del árbol. y mientras me contabas lo mucho que te dolían los Demás, desprendías los pétalos blancos de aquella esfera amarilla, diminuta, y yo te repintaba las pequitas falsas que se borraban cada vez q una lágrima te corría mejillas abajo. me sentía segura a tu lado, aunque fuera entre aquellas inestables paredes de cartón pintadas con témperas azules y verdes, en ese árbol tan grande en el que hubieran cabido tantos chicos rubios como hubiesen querido. nos prometimos la luna, las estrellas, el mar, plutón, los anillos de saturno, los icebergs de la atlántida y los koalas australianos. todo lo que a su vez nos prometían las canciones de la radio. y sin embargo fueron pasando los años, fuimos podando las ramas de nuestro árbol, nos caimos de bruces tropecientasmil veces, acabaste subida a otro árbol y yo me fui del nuestro, pq nunca quise q fuera sólo mio.y ahora nos miro y ya casi ni me acuerdo, no sé si era felicidad, si era adolescencia, si era amargura, si era dolor, si era tristeza, si era el ruido de los huesos de mi cuerpo creciendo 1 cm cada segundo, gritándome desde dentro que me estaba haciendo mayor. o que tenía que aprender a serlo. hoy creemos volver a estar sentadas en un campo lleno de bichos bola y circulitos amarillos. y pétalos del color de tu vestido de novia. compartimos la misma mentira de siempre, esa amistad inquebrantable por los siglos de los siglos, los ya te llamaré, los lamentos, la nostalgia de mierda, la incertidumbre, los palos, los reproches, las verdades que duelen y las mentiras que te estallan el himen del corazón.
y entre amores y desamores, ceniceros rebosantes y restos de batido de chocolate en tu vaso...
sólo somos dos chicas sentadas en la mesa del mismo restaurante de siempre. y mientras estamos una en frente de la otra, fuera en la calle el pasado se burla de nosotras.
5 Comments:
es que nunca hay que prometerse tantas cosas... porque ya se sabe... hay 'promesas que no valen nada'.
Un saludo.
M.
precioso, ahora mismo voy a ponerte en mis links, he estado todos los dias entrando aqui para ver si habias escrito algo (esos dos primeros post eran prometedores y este sigue siendolo)
Un besazo wapa
Simplemente genial
fascinados++;
Sigue posteando, pero con mas frecuencia..
Estoy con Peter, nos sabe a poco
;)
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